Tanto si somos participantes habituales de actividades en el Medio Natural, como si nos estamos iniciando al senderismo, debemos de tener siempre una premisa clara, toda actividad técnica, sea del nivel que sea, requiere de unas determinadas herramientas básicas, sin las mismas, tenemos que ser conscientes de que en este caso, la montaña no se va a detener, pudiendo llegar a poner en peligro nuestra propia integridad física.
La segunda cuestión que nos surge sería, ¿por qué tipo de terreno vamos a caminar?
Las distintas variedades que podemos encontrar de terreno en nuestras salidas a la montaña son muy amplias, podríamos agrupar los tipos de terreno en tres grandes bloques:
- Recorridos sencillos: caminos llanos, pistas forestales, senderos amplios, donde la dificultad será muy baja, no dando lugar a la combinación de progresión entre terreno arenoso y roca.
- Recorridos combinados, donde alternaremos caminos tipo vías forestales, o senderos, con trepadas en zonas rocosas, camino por aristas, cresteos, y terreno escarpado, donde iremos un paso más allá en el esfuerzo físico que deberán realizar nuestras extremidades inferiores.
- Recorridos complejos, más conocido como senderismo fuera de pista, donde discurriremos por todo tipo de terrenos, rocas, pistas de tierra, cresteo, incluso llegando a utilizar las manos en un momento dado para ayudarnos a progresar.
Una vez analizado el tipo de terreno por el cual discurriremos, tendremos que plantearnos con qué frecuencia realizaremos estas actividades, frecuentemente, con poca frecuencia, o muy frecuentemente. Este será uno de los factores claves para determinar la inversión económica que debemos realizar.
Una vez llegados a este punto, encontraremos tres tipos de calzado principales:
1.- Botas de caña alta o baja: aconsejadas por la sujeción que ofrecen al tobillo. Como inconveniente, es el tipo de calzado que mayor rodaje necesita, se aconseja habituarse a andar casi en el día a día con ellas, antes de su estreno en la montaña. Suelen ser de suela menos flexible, con lo que el cansancio plantar puede ser mayor.
2.- Zapatillas de Trekking: se adaptan por lo general mucho mejor al pie, son de suela más flexible, pero por el contrario, ofrecen menor sujeción en el tobillo.
3.- Zapatillas hibrido: tienen una caña más alta que las zapatillas de trekking normales, ofreciendo una mayor sujeción de tobillo. El peso de este calzado es también mayor, pero puede ser una buena alternativa de elección en nuestras primeras actividades.
Recordar siempre, debemos de probarnos el calzado, y utilizarlo con la mayor asiduidad posible antes de utilizarlos en el Medio Natural. Igualmente debemos de escoger un buen tallaje, si es vuestra primera compra de este tipo, dejaros aconsejar por el personal de la tienda.
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